miércoles, 2 de abril de 2008

THERE WILL BE BLOOD

Hoy tuve un día entretenido. Trabajé cerca de mi antiguo videoclub, quedé contigo para comer, y después, ante la larga tarde decidí meterme al cine a esa peligrosa hora de la siesta.

Y yo que últimamente me quedo dormido con mucha facilidad en el cine, no se por qué hoy tenía esa extraña sensación de que no podría dormirme en la sala. Me acompañaban a la sesión varias parejas de avanzada edad, que aprovecharon el día del espectador para disfrutar de la reputada película.

Mi sorpresa e indignación llegó pronto. A los 10 minutos de metraje, sin diálogo prácticamente hasta los treinta, ya había pedido silencio 2 veces a una de esas parejas de las que hablaba antes. Mantuvieron el silencio durante toda la introducción, pero en seguida que se empezaron a escuchar diálogos en pantalla, los escuché en las filas de atrás también.

Hay películas en las que no se debería poder hablar durante la proyección. Ésta sin duda era una de ellas. Es en estas ocasiones cuando recuerdo mi decisión hace algún tiempo de ver ciertas películas en salas de versión original...pero bueno, nada que un pequeño traslado dos filas más adelante no solucione.

Por cierto, qué bien me lo pasé el sábado.

1 comentario:

Cristina dijo...

No se trata del encanto de un xulito... jajaja Hay mucho más allá. Primero que me parto con muchas de sus salidas. Y luego, que tiene mucho más corazón del que intenta mostrar, por eso Kate le lleva por donde le sale del... No sé, es uno de mis preferidos.

Por cierto, una de las cosas que no me gustan del cine es que la gente hable, no lo soporto, me pongo de los nervios. Otra son las pataditas en el asiento del que está detrás...